5.11.2009

Moments you never forget.

Así empezamos a hablar: una noche desvelada por el no-amor de JV. Al principio solamente hablábamos una vez por día. Con el tiempo, empezamos a necesitarnos. Es decir, yo empecé a necesitarlo. Nos escribíamos emails, nos dejábamos mensajes; cualquier medio era válido para mantenernos en comunicación. Él era todo aquello que yo necesitaba: comprensión y sustento. No sabía demasiado de él, pero de algo estaba segura: cuando aparecía en la pantalla su nombre mi corazón se distendía, me hacía vibrar. Me hacía vibrar y sentir bien. JV no. Quizás estaba enamorada del chico equivocado. O tal vez, solo tal vez, todavía no había conocido al hombre equivocado.Mi vida comenzó a ser cibernética, transcurría en la red. Perdí la noción de realidad: todo lo que quería era hablar con él. Hablarle de JV, de lo mal que “me hacía”. Él simplemente repetía: “yo no sé si este pibe es tonto o qué le pasa. Yo no te dejaría de lado por ningún motivo del mundo”. En lugar de tomarlo como lo que era, yo creía que era tierno. Él me hacía mucho bien, pero todavía el fantasma de JV rondaba por los pasillos de mi mente. Además, él vivía en Baires y yo a más de 1000 kilómetros. No podía ser, era imposible. Y por supuesto: no lo conocía. ¿Era imposible, dije? Era perfecto..