12.23.2008

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Yo sabía. Yo sabía que algo iba a pasar. Yo sabía que esas noches de insomnio y miedo tenían una explicación. Solo que no esperé que fuese algo así.
Noche común y corriente, igual a las anteriores, sin poder dormir, mirando fijamente a la puerta con miedo a algo desconocido. Como todo ser humano, llega un punto en que no aguanto más y cierro los ojos. 16:00 hs. Me levanto, me baño, me voy a la cocina creyendo que era mediodía, y con el hambre mundial. Surprise. Son las cuatro, mujer. Lo que te queda es calentar la comida, pero no hay ganas. Mejor me voy a la pc mientras espero la merienda. Golpean la puerta de mi habitación, era mamá. Como siempre, ella con la mala costumbre de entrar aunque le digas ESPERÁ, o YA VA, entra. Qué pasa? - Rebeca..
Bad news. Me puse lo primero que encontré en el ropero, y salí de casa con papá. Llegamos al fin. Entramos al hospital, y encuentro a mis mejores amigas con las peores caras. Salimos afuera, el ambiente ahí adentro no era del todo bueno.
Si hay algo que odio, es llorar. Nunca lo hago, a menos que esté a punto de explotar, o la situación me pueda. Y como no tener ganas de llorar si tengo a mi mejor amiga pasando por el peor momento?
Se despertó. Al fin una buena en el día. Por un momento esas nubes negras se fueron de mi cabeza, y dejaron que entre la luz. Pero lamentablemente, el viento las trajo de nuevo, y no se fueron más. Falleció.
Llantos, corridas. Decime, cómo no llorar? Me quebré. Cortaron la soga y nos caímos todos.

Dicen que siempre que llovió, paró. Y yo ya no veo la hora de que pare...